31 de agosto de 2010

Me siento feliz. Es la primera vez que puedo en realidad aceptar que me siento y sé que soy feliz. Te encontré. Muchas personas están allá fuera, buscando esa pieza que reconstruya su rompecabezas. Sé que muchos buscan y sueñan con encontrar a esa persona especial. Muchos aun no la encuentran, muchos otros se dieron por vencidos. Hay una diferencia entre esas personas y yo.. Yo igual que ellos, soñé con encontrar a alguien pero supe esperar con fe, con esperanza, con la certeza de que en algún lugar de este planeta, yacía una persona que esperaba igual por mí. Cuando es amor verdadero, se reconoce, se siente, se palpa, se escucha, se ve. Y es justo lo que me pasó con vos. Muchas veces me senté a observarte.. Simplemente eso, observarte. Dejo que el tiempo transcurra cuan lento él quiera, yo solo quiero verte, escucharte, contemplarte, admirarte. Estas ahí, hablando o en silencio, de pie o sentado, dormido o despierto… y te veo, te contemplo, te observo y me enamoro más de vos. Tenés ese toque especial para hacerme sonreír con tan solo una frase o quizá solo una palabra. Estas ahí, te observo y te siento tan cerca, tan mío, tan cierto, tan puro, tan increíble, tan real. Me miras y te veo. Aprendí a escuchar a tus ojos, a creerle a tu sonrisa, a leer poemas hermosos en tus manos, en tus dedos. Aprendí a quererte y a valorar todo lo que hoy sos, todo lo que antes fuiste y también aprendí a agradecerte. Agradezco tu sencillez, tu espontaneidad, tu dulzura, tu ternura, tu increíble manera de conquistarme, tu compañía, tu amistad. Agradezco la oportunidad de encontrarte. Agradezco que Dios te haya escogido a vos, para mí. Tenias que ser vos, el lo sabía y yo hoy estoy segura que tenias que ser vos, sos vos y solo vos. Te encontré. Me encontraste. Podría haber encontrado un tesoro en alguna isla, o encontrar el número ganador de la lotería, y fue asi solo que.. Encontré un tesoro en tu corazón y me gane la lotería, el día en que te conocí.

Me siento feliz. Sé que toda esta tranquilidad, esta paz, esta armonía en mi vida, existe por y gracias a vos. No podría haber sido de otra manera, estabas destinado a llegar a mí. Yo estaba con los brazos abiertos para recibirte, aun sin saber que ese día precisamente, ibas a venir. Hoy estas al fin, acá. Qué alegría que estés en casa (mis brazos).

Gracias por haber venido, gracias por llegar a casa. Tu felicidad está en mis manos y amarte es mi mejor oficio. Estas sonriendo, te veo, te contemplo. Tu sonrisa susurra mi nombre y mi felicidad lleva tu apellido.

Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario