31 de mayo de 2013


Mañana es el día en que arbitrariamente empezamos una hoja en blanco otra vez. Miles de personas van a querer ponerse a dieta; otros tantos empezar el gimnasio; algunos cambiar de actitud; y unos pocos animarse a cosas nuevas. Y lamentablemente también habrá muchos cuerdos de atar que seguirán viviendo la vida con el traje gris puesto y la forma de pensar detallada por un manual que compraron al nacer.
Pero cada quien es cada cual y cada uno hace lo que puede con lo que la vida le da.
Propongo usar un filtro que deje pasar todo lo que nos impide seguir adelante. Todo lo que nos hizo enojar, amargar o llorar, que se vaya con el agua que fluye bajo el puente. Todo lo que representa una piedra en la rueda, que salga disparado al costado del camino. Todo lo que no nos deja ser quienes realmente somos, que se desvanezca en un abrir y cerrar de ojos.
Que perdure la alegría, la amistad, la buena voluntad, las ganas de salir saltando de la cama cada mañana, las sonrisas porque sí, los abrazos, la risa, los latidos fuertes de los corazones buenos, las mariposas en el estómago, el color verde, el sol, las noches con estrellas, las musas, la brisa tibia del atardecer, la magia, la música, el aire puro, la emoción, los "te quiero", los sueños y la colección de esos momentos que nos hacen bien, por pequeños que sean. Porque al fin y al cabo y después de toda una vida, esos momentos son los hilos que forman el tejido indestructible que algunos llaman "
felicidad".

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